Frente al papel inmenso vacío, solo encuentro soledad, una soledad inmensa y desproporcionada que hace un eco escandaloso en el silencio de mis oídos, lo escucho como si de una voz humana se tratase, con sílabas y palabras que forman frases y ruidos, lo escucho, lo siento haciendo enmudecer mi alma con el vibrar de los latidos.
Me cuenta historias muy extrañas, de puentes, veredas y caminos, me relata lo que provoca la enfermedad del alma, y entre murmullos y silencios un fuerte dolor se clava en mis sentidos.
Y solo me quedo con la soledad mas inmensa existente, sola solo con un mundo lleno de ruido, que no hace mas que preguntarme diariamente, vida extraña, inmensa sin sentido.
Quise haber encontrado el motivo de mi existencia, tantas veces quedó por encontrado, que no torné a buscarlo entonces, solo me quedé con su recuerdo con el eco de su existencia, con un vago y débil recuerdo de infancia que entre mis manos se desvanece. Todo lo vivido pareció en vano, inservible, hipócrita, abandonado, como hoy se siente mi alma, cansada de sueños inalcanzables, de metas imposibles y de vivir una vida que no le pertecene.
Por eso quise escuchar en los silencios las verdades y cansada de que a mi alma la abandonasen, decidí ser yo quien lo hiciera, decidí ser ser sin alma y abandonarla entre la niebla del presente. Tal vez me apresen por abandono del alma, pero ya entonces no existirá sufrimiento, ni rencor, ni miedos, solo un vacio inmenso, Abandono del alma…
Donde estas, ahora todo reina inherte.